jueves, 12 de febrero de 2015

Ojo con nuestro mediocampo. Jesucristo de Nazaret en Galilea Villar encarando con pelota dominada te abre los mares. Y arriba Gambas de Perniche con Triverio pueden hacer un zafarrancho. Y falta que se suba el último pasajero. Una sorpresita que, al cierre de esta edición, aún tiene guardada bajo siete llaves el loco soñador de Don Luis.


Que hermosa campaña. Una maquinita de desgarrar esfínteres. La segunda rueda de La Madeloneta fue demoledora, ni tiempo de publicar una columna nos dieron. Quien se hubiese imaginado tamaña matanza de ojetes cuando perdimos en la segunda fecha contra los tucumanos en Santa Fe. Mirabas la tabla y teníamos 0 puntos. Mi única duda en ese momento era si la pajarera iba a terminar flotando en el Río Salado como si fuese una taza en la bacha de una cocina o si iba a arder en llamas luego de ser usada como cadalso para colgar al cerdo importador de exprimidores plásticos de naranjas. Oh supremo Don Luis! Me arrodillo ante ti y bajo la sombra de tu voluptuoso vientre vengo a suplicarte perdón. Gloriosa masa obesa que nos bañó dos veces consecutivas en las mieles del ascenso. Como olvidar aquella noche en la playa de estacionamiento cuando, enceguecidos por nuestro sexto descenso, quisimos incendiar tu coche importado. Mientras dos guardias me sujetaban, mantuviste una distancia de 1 metro para esquivar mis patadas voladoras y mirándome a los ojos me dijiste “Yo se que te duele. Pero ya es hora de que aprendas a sentir la hermandad que nos une con el distante silencio del solitario vagabundo llamado descenso”. Aquí me tienes Don Luis, soy tu discípulo, tómame de la mano y llévame contigo a vivir para siempre en la comarca de los campeones.
Al fin vuelve el fútbol señoras y señores. Se terminó el insoportable mes de enero. ¿Soy el único esclavo que trabaja con total normalidad durante los 31 días de enero manga de putos?! Puto vos, puto él, puto el sistema, putos todos! Que mes nauseabundo enero. Todo cerrado. Un calor que desespera, tus bolas se mimetizan con tu entrepierna creando un nuevo pegajoso órgano en tu cuerpo formado por músculos, cartílagos, membranas, piel, transpiración y pelos. Prendes la televisión y aparece otra vez el festival de Jesús María con un gaucho domando un caballo salvaje y la música de fondo “eneeeeeeroooo en la piel... relincha un bagual... un buen payador... garchando al azar! Jesus Maríaaa caaaantaaaaaraaaaaaa!” Te vas a comprar un vino y ves que el sorete del almacenero bajó las persianas e impunemente dejó el cartelito “CERRADO DESDE EL 2 HASTA EL 20”. Su elipsis de enero te llena de angustia. Lo imaginas en Mar del Plata y deseas que le caiga una pedrada foribunda en el centro de su marote. Que lo suturen como un matambre y se tenga que volver manejando con un turbante en el bocho como si fuese un beduino. La radio no la podes ni prender. Volvés a la tele, pones Crónica TV y todos en pelota bailan en la playa. Cambias de canal y aparece un perito explicando la teoría de que Nisman se desmayó en el baño y cayó de culo empalado arriba de un escurridor, los huevos lisos me tienen con el caso Nisman. Volves a cambiar y pasa un autito del Dakar. No debe existir en el mundo persona que se sienta más desgraciada que yo en enero.
Pero ahora vuelve todo, vuelve el fútbol, vuelve la vida. Este torneo de 30 equipos va a ser una montaña rusa. Hagan números, a razón de 20 tipos por plantel son 600 jugadores. En algún partido seguro que van a meter un cambio y va a entrar al arco un gordo barbudo con un casco de moto. Esto no es mas primera división. En el medio de una colitis te toca Temperley en tu cancha y te floreas, ganas, gustas y goleas con los mozos de la Capri Napole sirviendo un catering en el medio del Boulevard. Si entrás del puesto 20 para arriba, jugás algo! Hay liguillas, pre liguilla libertadores, recopa de la cajeta americana, algo tenemos que jugar Unión la puta madre! Y no
solamente jugar, hay que ganar algo por Dios, es el momento. ¿Tan loco estoy si pretendo levantar una copa? Salieron campiones Argentinos y Bonfil. Hasta Huracán ganó esa copa argentina del orto con un Director Técnico que es igualito al sodero que pasaba por mi barrio repartiendo unos sifones de vidrio que eran mas peligrosos que una granada vietnamita(1)  Es el momento de campionar. ¿Es el momento? En realidad no se si es el momento. Jugamos con Zapatilla Sanchez de 2 que es el líbero mas lento del país entero, cuando lo encare el Niño Carrillo, Zapatilla se cae de espalda en un charco de sangre con su médula espinal separándose de sus vértebras. En la platea techada los ancianos descompuestos se sacan sus gorritos rojos y blancos para vomitarlos adentro. Las vaquitas de Vidalac desmayadas arriba de la manga desinflada.
Somos unos pelotudos nosotros. Cada vez que armamos lindos equipos, siempre se terminaron yendo todos a la mierda. The Fantastic Perez, Rosales en el mejor momento de su vida, Velazquez que era el único carrilero del fútbol argentino. Mas tarde no pudimos hacer nada para que se quede Pratto, nunca podemos retener a los jugadores talentosos. Y en el medio de esa sangría, levantamos una tribuna faraónica que va a salir un huevo. No importa, te juro que algún día a esa tribuna la vamos a inaugurar. A la Catedral de Notre Dame tardaron 180 años en construirla. Y después, adentro de esa misma catedral Napoleón Bonaparte se coronó emperador de Francia. Cuentan los historiadores que fue una mañana gris allá en París, cancha llena la Catedral no entraba un alfiler. Toda la gente esperaba que Bonaparte se arrodillara para que el Papa le colocara la corona en su cabeza. La gente estupefacta observó como Napoleón le dio la espalda al puto del Papa, manoteó la corona y se la puso él mismo de pie delante de todo su pueblo.
Quizás yo ya no esté cuando terminen esa tribuna. Pero no me importa Tate de mi vida, lo único que quiero es vivir para verte un día como te coronas campeón con soberbia napoleónica. Y luego de una noche de champagne y bocaditos de “La Guardia Vieja”, sentarme en el cordón de una calle santafesina y por fin poder balbucear borracho de alegría…. Unión campeón carajo. Unión campeón.


Qvuelvanlosvisitantes.



1 Nadie sabía quien controlaba el nivel de carga de anhídrido carbónico de esos sifones. A veces apretabas la perilla y te desfondaba el vaso. La marca comercial era Sodería Secchi Hermanos, o algo así. Operaban en la zona de barrio Barranquitas y Ciudadela arriba de un vehículo similar a la Santa Milonguita de Minguito. Era Raza puta el que manejaba y una navidad me vendió uno de esos globos de papel que les prendes una mecha y toman vuelo. Esa mierda se nos incendió y casi me quemé todo el brazo. Un inconsciente. Un estafador. Como todo raza puta.

4 comentarios:

  1. Hermoso aporte. Hasta derrochando sabiduría con eso de la coronación del enano de Bonaparte. Se lo extrañaba y mucho

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  2. TE RRI BLEEEE!!!, Como volvió esa pluma!!!!

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  3. necesitaba volver a leerte loco, gracia

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  4. Gracias por volver.......hacías falta!

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