lunes, 14 de mayo de 2012

El tercer gol de Tigre a los 44 minutos del primer tiempo fue un palo borracho ingresando en mi canal rectal. Que sensación tan fea. Indescriptible.


El peor fin de semana de los últimos 15 años de mi vida. Que horrorosa pesadilla. Se dieron absolutamente todos los resultados en contra. Cualquier competencia televisada terminaba con el resultado opuesto a mis deseos. Me enganché en Canal Gourmet con 2 viejas enfrentadas en un repechaje de un torneo de cocineras y empecé a hacer fuerza por una simpática gordita con rulo, la otra canosa tenía una mirada de vieja zorra y bandida y su cara de raza puta era indisimulable. En fin, la Gorda quiso hacer un ojo de bife a la plancha y lo sacó crudo por dentro y negro por fuera, parecía un bolo fecal lo que dejó en el emplatado, la hicieron mierda a la Gorda que terminó siendo objeto de las carcajadas del jurado quienes terminaron consagrando a la prostituta de la canosa que sonreía socarronamente ante el fallo final de los jueces.
Todo arrancó con la segunda victoria al hilo de ese Colorado Sava cara de pene al cual le van a terminar dando la llave de la provincia de San Juan. No me entra en la cabeza esa remontada. La arranqué escuchando por internet a través de radio bonaerense culpa de mis obligaciones que me sujetaban a mi puesto de trabajo y luego terminé dejando un muñeco inflable en mi escritorio con las manitos apoyadas en el teclado para vivir los minutos finales sufriéndolo como un chancho y arañando la vidriera de una casa de electrodomésticos con la trucha apoyada en el vidrio y puteando como un marrano a ese equipo de Banfield que da nauseas verlos jugar.
Cualquier cosa que yo alambre, termina pasando lo contrario. Ni la definición por penales de Lanus vs. Vasco da Gama. Me apareció ese partido en un zapping y empecé a tejer todo tipo de teorías conspirativas para terminar convencido que indirectamente nos beneficiaba una victoria de Lanus. Disparos desde los doce pasos y los negritos brasileros me terminaron bailando el ula ula por la pantalla haciéndome atravesar en el pecho una milanesa que estaba cenando que, dicho sea de paso, se me ocurrió hacermela al horno sin aceite y me salió mas seca que culo de mandril estreñido. Me fui a dormir sin tomar líquido preocupadísimo porque ahora Lanús ya quedó eliminado de la Copa y cuando jueguen con nosotros nos van a poner toda la artillería de titulares, la cancha va a ser una olla a presión y cuando la Pepa Armando salga del banco para dar una indicación, le va a caer en la nuca una bolsa de nylon llena con la primer orina de la mañana del Jefe de la barra brava del granate.
Por eso no quiero mirar mas nada. Esto se tornó insalubre. Me duele el pecho y hace 10 días que tengo un fuego en la parte baja de mi estómago. En el medio aparecieron mis vacaciones que si bien colaborarán con mi proyecto de aislamiento televisivo, poco aportará para mi tranquilidad. El hincha de Unión no tiene manera de escapar a sus preocupaciones. Pareciera que estamos condenados al tormento. El miércoles a las 5 de la mañana pasé por el aeropuerto de Ezeiza y como una cruel burla del destino se me aparecieron un grupo de 20 hinchas del Vasco esperando su vuelo para volverse a su país. Que alegría tenían esos negros, había uno que les juro estaba en ojotas y gritaba VASCO!!! HUU! HUU! Y caminaba en círculo como un insano. Yo me acordé de aquella columna donde me imaginaba en el lugar de ellos y me encerré en baño a llorar. Y acá estoy ahora en la loma del orto muy lejos de Santa Fe sin poder dejar de pensar en los primeros 15 minutos del partido de hoy. Ahí estará la clave, uno mira con que actitud salimos a jugar el partido y ya empezás a sospechar como terminará todo. Yo miro esos primeros minutos y ya te puedo decir si vamos a jugar mal o bien, y no te voy a dar ninguna razón táctica, simplemente lo sentís. En esos primeros benditos minutos vos ya te das cuenta como se levantaron ese día nuestros gladiadores. Se los ves en la mirada, en la manera de correr.  Ay por el amor de Jesucristo, recién abrí otra ventanita del Explorer y me entero que San Juan se comió 4 en su cancha, para vos Colorado cara de miembro te lo dedico de corazón, ahora si te vas a derrumbar como glúteos de anciana recién sacada de la terapia intensiva del Sanatorio Italiano. Les dije que mi aislamiento televisivo era el camino, ya comenzó a dar sus frutos. Por eso, ahora si pongamos los huevos que nos falta muy poco para el final. Me imagino a mucha gente en este momento subiendo las conservadoras a los colectivos para llenar una vez mas nuestra tribuna allá en Rosario. Salgamos con el cuchillo entre los dientes a jugarlo. Primer pelota dividida y hay que marcar presencia con una patada en los párpados del Fantástico para que se enoje y se termine haciendo echar. Y la gente en la tribuna como siempre alentando para hacernos emocionar a los que no pudimos estar. Como bien me dijo un amigo con sus ojos llenos de preocupación ni bien finalizó la pesadilla en Victoria “Hay que ir a poner el pecho a Rosario porque estos tipos nos dieron demasiado”.

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