jueves, 1 de marzo de 2012

Si nos cobran un penal, quien se parará delante de la pelota? Rosales bajo la presión que generó la polémica de su ausencia contra Belgrano o Bologna con su clásica picadita displicente? Tengo alucinaciones y ataques de pánico.

Es inexplicable el fútbol. La columna anterior la cerré haciendo chistes mientras pitaba un habano y un sólo gol sirvió para desmoronar toda nuestra estructura como un castillo de naipes. Un solo gol y un par de resultados adversos porque después ganaron todos los que están peleando con nosotros.
Pero a esta altura de la semana ya nadie se acuerda del partido en Córdoba. Hacía tiempo que no percibía tanta ansiedad por un clásico. La gente está totalmente de la cabeza, intolerante, discutiendo e insultándose cara a cara. Como nunca vi gente muy desquiciada y la espera se torna insoportable. Habría que largar una noticia bomba para distraer y tapar un poco al clásico. Buscar a un barbudo parecido a Monseñor Storni y sentarlo con una sotana en el Havanna de la peatonal a tomar un café y que la gente espantada empiece a correr en todas las direcciones.
Y en este contexto de locura que les describía, son infaltables una batería interminable de supersticiones. Todos vamos a querer repetir las mismas cosas que hicimos aquel memorable 28 de agosto. Desde el martes que no le atiendo el celular a un amigo que insistió para que yo lleve a cabo durante toda la semana una dieta especial a base de semillas de sésamo porque en el clásico anterior, a los 15 minutos me tiré un pedo con olor a cebolla de verdeo y que después del mismo vino el contragolpe que terminó en el gol de Monterito. Les voy a pedir por favor que no me molesten con esas cosas y me dejen vivir el clásico tranquilo. No creo que ese sea el camino, para ganarles otra vez a estos asquerosos pongamos nuestra atención en los temas realmente importantes. En elegir a los jugadores mejor dotados técnicamente para este compromiso, tipos capaces de desequilibrar con jugadas como aquella que hilvanó el Conde en el primer tiempo en Córdoba, jugadores mentalmente preparados para salir a ganarles a estos pestíferos. Con Boca jugamos muy bien pero le imprimimos un ritmo de minué que a los 5 minutos yo ya sabía que era imposible ganarles de esa forma. Necesito mucha mas explosión, hay que salir hechos una furia. En el saque inicial desde el círculo central ya tirar un centro y que el demente del Macizo se tire de cabeza con los ojos inyectados en sangre provocando un córner y desde la techada abrirle con una cuchilla el techito de policarbonato que estará sobre Sensini y dejarle colgando con cuerdas el cuerpo ultrajado de un travesti sin acceso a ningún tipo de asistencia social y marginado por el sistema. Y sobre todo salgamos muy concentrados. Dejemos al pajero de Moreno y Fabbianesi prestándole atención a las tribunas y haciendo sus ademanes. Nosotros tengamos la cabeza adentro de la cancha.
El último sábado sumido en el mas profundo de mis desvelos, me desperté a las 8 de la madrugada. Durante una hora tomé unos mates con la mirada fija en la pava. Primero creí que estaba preocupado por lo que había pasado la noche anterior frente a Belgrano, pero en realidad ya estaba pensando en todas las cosas que podían suceder en el clásico. Mi vieja se dio cuenta porque se me sentó al lado y me hizo compañía en silencio, no cruzamos una sola palabra. En un momento manoteó su changuito para salir raudamente hacia el supermercado. La Máma entiende poco de fútbol y está totalmente ajena a cualquier polémica sobre si hay que jugar con uno o dos delanteros. Pero antes de cerrar la puerta, con voz clara y firme me dejó una sentencia flotando en el aire “Vas a ver que no se la van a llevar tan de arriba esos hijos de mil puta” y luego solamente se escuchó el traqueteo del changuito sobre el cuadriculado de las baldosas.
Muchachos, llegó la hora. Insisto con dos cosas que les pido cada vez que nos toca enfrentar a estos inmundos, humildad y sacrificio. El domingo cuando nos levantemos, seamos concientes de que nos jugamos la vida y algo mas. El repugnante de Lerche junto al latifundista de Batistuta llegarán juntos al Estadio en una limousine polarizada. Pero a metros de la cancha, en una mesa del bar “El Parque” y tomando una Sprite con limón… estará él. Nuestra Pepa Armando oriunda de Providencia con un lápiz con la punta quebrada y sobre una servilleta pergeñando una jugada de pelota parada magistral. Quizás esa sea la llave que desate la locura y que a las 7 de la tarde lleve a un culo pintado con témpera roja y blanca estallar contra uno de los cristales de aquel polarizado dibujando un verdadero símbolo de otra victoria heroica y noble sobre esos miserables que han venido al mundo con propósitos tan distintos a los nuestros.
Qvuelvanlosvisitantes.

3 comentarios:

  1. QUE PEDAZO DE GIL SOS. LAS BOLUDECES QUE HABLAS DIOSSSSS!

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    1. raza... todavia la tienen adentro... andate a tu foro y deja de viver de nosotros... no tenes vida... raza inmunda

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    2. Y QUIEN DIJO QUE SOY DE CULON? SALAME.

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