A los jugadores de All Boys hay que tirarles gatos muertos en el vestuario, prenderles unas estufas, echarles fly, taparles los inodoros con cemento y dejar un linyera con lepra durmiendo arriba de la camilla.

La puta que los parió. Que fin de semana largo espantoso se viene, hoy me voy a alquilar 20 películas porque sino voy a meter la cabeza adentro del horno y me quito la vida antes del domingo. Sin fútbol y, sobre todo, sin Unión siento un profundo vacío espiritual. Encima tengo que soportar a la nauseabunda y pestilente selección nacional, que me importa Sabella! que me importa el Pipita Higuaín! Que tenemos que ver los hinchas de Unión con Mascherano?! Que alguien se siente a explicarme que vínculo me une con toda esa gente porque les juro que yo no siento el mas mínimo sentimiento de pertenencia. Recuerdo un partido en el que Argentina le ganaba 5 a 0 a Venezuela y el Cari Cari Noriega le metió un caño a Samuel adentro del área y yo en un bar exploté con un grito eufórico y a todos los parroquianos que me miraron con repudio les respondí agarrándome con mis manos todo mi paquete escrotal al grito de “Tomen… tomen! el Cari Cari es tatengue!!!”.

Pero volvamos a las cosas importantes de la vida. Una pena como perdimos contra Arsenal. Encima ese gol que nos hicieron, la Tarántula Bologna atenazó la pelota y en un momento se le resbaló de las yemas de los dedos quedando con sus manos vacías. Que bronca.

Párrafo aparte para lo del Pelado Correa que fue monstruoso, desplegó todo un repertorio sacado del “Manual del buen zaguero”. Tiró patinosas, palomotas, deslizantes a media altura, tijeretas rechazadoras, parietalazos mariposeros y hasta le agregó precisión en algunas salidas entregando la pelota al pie. Ese tipo es un demonio. Lo del lunes fue para todos aquellos que alguna vez lo tildaron de tribunero. El Pelado no se come ninguna, cuando le tocó ir al banco lo hizo sin chistar. Para el armado del plantel en primera y cuando todos empezaron a dar vueltas, fue el primero en renovar rechazando otra jugosa oferta y diciendo a los cuatro vientos “yo a Unión le debo todo”. El día que tenga un hijo le voy a mostrar el video del segundo tiempo del Pelado contra Arsenal y le voy a decir “esa es la actitud que debés tener en la vida”. Me imagino que ahora seguirá entre los once iniciales. Si lo sacan al uruguayo para devolverle la titularidad al Chango, el Pelado les despelleja una rata con los dientes y se las deja en una jabonera del vestuario. Hay que rendirle tributo en vida y llamar a Monseñor Arancedo para que bautice a la platea techada con el nombre de Zunilda Correa en honor a la madre del Pelado.

Volviendo al partido con Arsenal, hay cosas que se vienen repitiendo, los primeros 10 minutos somos una tormenta de fútbol y después nos empezamos a desinflar para terminar todos los partidos sufriendo como chanchos. Pero estamos bien y ya se irán corrigiendo esas cosas, tenemos un montón de puntos y la gente es consciente de eso. Otra vez me emocioné con el gran número de hinchas acompañando en Sarandí. A modo de reflexión quiero decir que es un placer ver como en este año pusimos las cosas en su lugar en el escenario deportivo de Santa Fe. La raza fétida sigue chiflando y nosotros apoyando. No se imaginan como estoy disfrutando todo esto, hace años que lo soñaba pero la realidad está superando a los mas delirantes de mis deseos. Estos tipos no paran de hacer payasadas, parecería que están ensañados en hacernos cagar de risa. La virgen ultrajada, ese uruguayo todo tatuado que llora porque se le desgarran los músculos, lluvia de silbidos, les ganamos en su cancha, un tipo encadenado en la puerta del club reclamando el ícono religioso, el Bichi presidente, mas silbidos y Lerche en el predio de Ezeiza tirado desnudo en un yacuzzi. Sin dudas que un hincha de la raza cursienta alienta fervorosamente a la selección argentina. En cambio un tatengue necesita de Unión, no existe otra cosa en el mundo que lo reemplace. Las fuerzas ignotas del destino quisieron que yo nazca hincha de Unión. Y a eso lo agradeceré cada día del resto de mi vida.

Qvuelvanlosvisitantes.