Y este lunes quien juega de 9? Con el Macizo internado en terapia y la Jirafa manca, entramos en una encrucijada. A quien ponemos arriba? Yo lo sacaría al Nico Frutos a tirar unas pasadas en la Costanera y le doy la camiseta. Lo pongo arriba y que saque a relucir su jerarquía, que juegue en una sola pierna pero que les tire con todo el continente europeo a los defensores. Sin embargo suena muy fuerte el Yeti Pereyra al cual la gente le tiene muy poca paciencia, el tipo hace todo lo posible para que lo puteen pero ya me parece demasiado el murmullo después de cada una de sus intervenciones. Encima nuestro esquema está hecho para un 9 que salga a jugar con casco y un arma en la mano y se pelee solito con todos los defensores. Por eso en el vestuario hay que mostrarle al Yeti un video de su madre secuestrada y torturada en los sótanos de la agencia de quiniela “Capicúa” para que deje todo en la cancha. Parece que jugamos con doble enganche y doble cinco formando una especie de rectángulo ideado por la Pepa Armando en una madrugada que no se podía dormir y se fue en pijamas a tomar un cortado al Bar El Parque. Me gusta pero en un clásico ni en pedo salgo a jugar con ese equipo, a los 15 minutos te destoconan la pajarera y te la tiran a la laguna Setúbal.
Definitivamente nuestro talón de aquiles es el puesto de delantero central. Si revisan mis columnas, van a poder ver que en una fecha lo idolatro al Macizo y en la otra lo quiero matar. Olvidémonos por un rato de la peritonitis de Barrales y del desgarro en las tetas que aqueja a la Jirafa y vamos a discutir sobre cual de los dos tiene que jugar. Y voy a abrir ese debate rememorando los mejores momentos de nuestra Jirafita en Unión. Lo primero que se me viene a la mente es aquella noche de verano en Caballito que se arqueó en el aire y metió un cogotazo mortífero al ángulo, yo estaba en la platea y pegué un alarido con una ojota en la mano. También me acuerdo de un estiletazo entrando al área con el que le ganamos a Instituto en Santa Fe en un partido cerradísimo, yo en la Cándido Pujato pegué un grito con una bolsa de pororó en la mano. La tijereta en Rafaela, en los palcos pegué un zapucay con un choripán en la mano. Otro cogotazo en Mendoza… palo, angustia y adentro, en mi casa pegué un aullido con una fugaza en la mano. El ápice en su carrera que fue aquella inolvidable noche en Paraná donde jugó muy relajada y sumamente astuta, en el primer gol cuando casi se rompe las patas contra el poste yo pegué un grito de angustia en las plateas con un mate en la mano. El gol de Velazquez a Aldosivi donde dejó desairado a tomatito Pena con un quiebre de cintura contra la línea de cal, yo estaba en la platea baja y cuando vi esa gambeta me puse de pie con una raba de “Chichilo” en la mano. Y también se me viene a la cabeza aquel slalom que metió en Rosario que si llegaba a terminar en gol íbamos a tener que pegarle con cemento un cogote de Jirafa al monumento a Monzón. Quise recordar esos momentos porque todavía me queda la sensación amarga con la que me fui de la Bombonera donde me cansé de ver caras que no habían aparecido nunca, gente sacándose fotos como si fuesen japoneses y tener que soportar como se fastidiaban con el número 9 de un equipo que perdía 4 a 0. A los de siempre los convoco para acordarnos de nuestra Jirafa, a los 6 tipos que fuimos a cancha de Merlo y vimos el empate del demente Fioretto les ruego que firmemos la amnistía para la Jirafa. A los que estuvimos siempre y que ahora nos quedamos sin entradas en la primer venta de tickets para ir a la Bombonera, a los que nos quedamos afuera del clásico, a los que nos indignamos ante las colas para hacer el bendito reempadronamiento de Sphan, a los que disfrutábamos de los videos clips del Sejo y ahora nos tenemos que conformar con fotos, a todos les pido defendamos en la tribuna a trompadas limpias el respeto que se ganó la Jirafa. Nuestra Jirafa.
Qvuelvanlosvisitantes.
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