A los
infelices que aparecieron esta semana molestando a Sejo con una batería de
supersticiones pidiéndole que ponga la foto de un perro negro que trae suerte y
que además, no contentos con ello, continuaron en su avanzada y se atrevieron a
calificar a esta columna (nuestra columna) de mufa, a todos ellos los invito a
recorrer un tour personalizado por el territorio comprendido entre mis bolas y
el inicio de la raya de mi culo. Por el amor de Dios encima que no nos sale
una, tenemos que soportar esas pelotudeces. Hay que sentarse a hablar de fútbol
para encontrar las razones de esta cursiadera pampa. Jugamos un primer tiempo
espléndido que culpa de la derrota nadie recordará. Salimos con una especie de
rombo revolucionario en el mediocampo que me llevó a tomar la decisión de ir a
estudiar la carrera de Director Técnico porque definitivamente hay cosas que
aún no comprendo de este maravilloso juego. La posición de Galván no era la de
un 8 clásico, se cerraba demasiado para ser un carrilero, una especie de punta
de una lanza imaginaria que apuntaba para el costado. Indescriptible. Esperanzador
debut del oriundo de General Rodríguez quien demostró toda su jerarquía
convirtiéndose en uno de los pilares del impecable primer tiempo que hicimos.
Por TV quizás no se apreciaba muy bien pero les aseguro que desde esa bandeja
donde nos cagamos tanto de frío se veía perfecto este rombo. El segundo tiempo
fue horripilante, no nos salió una. Encima otra vez apareció ese cambio de
Alexis Fernández por un delantero/volante ofensivo que te dan ganas de cortarte
las venas. A mi me encanta Alexis, no lo cuestiono a él sino a esa variante
conservadora que ya es la segunda vez que la hacemos y nos vuelve a salir mal.
Ves el cartelito con el numero del jugador que sale y te fulmina cualquier luz
esperanzadora que tengas. Automáticamente dejas de soñar con ese gol que
siempre puede caer del cielo por mas fiero que estés jugando. Ver ese cambio es
como estar en un tugurio bailando lentos con una morocha de ojos verdes que
tiene un piercing arriba de sus labios y en el momento en que Annie Lennox está
terminando de cantar muy acarameladamente "Why?" y vos con su mejilla
apoyada en tu hombro, juntás coraje y pensás "listo voy por todo, sube el arquero a cabecear, en este tema
lento que viene ahora... tiro el beso de Judas y voy por la hazaña", y
el desubicado del DJ hace un enganche inesperado y te pone a todo volumen el
Chupachichi. Imposible no bajar los brazos. Si te pones a investigar las
razones de esa variante, la respuesta será la búsqueda de mayor tenencia de la
pelota. Pero no gana el que tiene mas la pelota sino el que hace mas goles.
Fíjense esa jugada donde Limia le tapa en forma magistral una pelota bien abajo
a Garnier y enseguida sale una contra electrizante nuestra con Socotroco
rechazando, Monterito sacándose un hombre de encima y dejando solo a Salchicha
quien no puede seguir porque el degenerado del lineman levantó insólitamente la
banderita. Estábamos dando asco pero con jugadores de una vocación ofensiva
tal, que no era tan descabellado soñar con el zapallazo que iba a desatar la
locura para volver por la autopista La Plata - Buenos Aires con el colectivo
Expertur conducido por un sacerdote desnudo bamboleándose de un lado a otro y arrimándose
al auto de algún turista que regresaba de Mar del Plata por el fin de semana
largo para mostrarles por la ventanilla la cabeza de un caballo bostezando. En
cambio terminamos agarrando esa misma autopista oyendo por la radio las
declaraciones de Leandro Díaz que decía "pensamos
que ellos iban a salir a buscar el partido y al final nos terminaron esperando
y aprovechamos la oportunidad". Les juro que escuchamos eso.
Indignante.
Hay que tranquilizarse
para salir de esta. Tampoco es cuestión de meter 9 cambios porque esas cosas
nunca salen bien. Que las modificaciones sean pocas pero quirúrgicas y sobre
todo poner a los jugadores en sus puestos naturales. No intentemos inventar la
pólvora, esa jugadita de que van dos tipos a patear un mismo córner no la había
visto en mi vida. Otra cosa que tampoco vi es a un arquero salir en un mano a
mano con los patas para adelante. Me hizo recordar a una tarde otoñal a la vera
de la Laguna Setúbal cuando en el entretiempo de un partido del glorioso Ciclón
Racing de finales de los 90, nuestro DT nos daba una charla técnica y le decía
al arquero que debía guardar cierta estética para atajar ya que de esa manera
también transmitía seguridad a toda la defensa. Nuestro arquero había cortado
un centro en forma magistral pero saltó a buscar la pelota gritando como Tarzán
y cayó despatarrado con medio culo al aire, fue un papelón. Chacarita García
quien estaba al costado de la cancha haciendo la cobertura para El Litoral se revolcaba
en el suelo de las carcajadas.
Ya hablé demasiado del
equipo. Por eso quiero cerrar refiriéndome a la gente. Estoy viendo a todos los
tatengues muy heridos como hace tiempo no los veía. A manera de consuelo nos
aferramos a que Rafaela y San Juan también transcurren sendas correderas. Y
definitivamente creo que este torneo será un poco mas normal que los anteriores
y se verá un duelo final entre nosotros tres y algún cuarto equipo que espero pueda
llegar a sumarse a la discusión. Pero si hay algo que nos diferencia de esas
bazofias es la pasión con la que vivimos el fútbol. A San Martín lo cagan a
goles en Rosario y el Colorado Sava vuelve a San Juan pensando adonde va a irse
de vacaciones este verano. Las mierdas celestes y blancas ni siquiera patean al
arco en Mendoza y la concurrencia de público contra Quilmes hará de ese próximo
partido un entrenamiento a puertas abiertas. A nosotros cada derrota nos duele
como una puñalada en el estómago. Con todos los tatengues que conversé
pareciera que están ardiendo en el mas horroroso de los infiernos. Los
rafaelinos y sanjuaninos se ponen tristes. Nosotros nos desangramos. Y ese
dolor se convierte en furia y nos empuja a todos a ir el sábado a la cancha. No
se si eso alcanza para salvarte del descenso, pero si los jugadores perciben
esta locura, seguro que se contagian y van a ir a trabar con la cabeza.
Imposible explicar las emociones que te provocan esos silencios como el que
vivimos saliendo de la cancha de Quilmes. De fondo los gritos de festejo del
rival. Al lado tuyo el amigo de siempre quien callado respeta tu momento. Y después
en la semana aumentaron como nunca los mensajes, como si cada uno se apoyara en
el otro. Hasta organizamos una inaudita mamona a la estaca que saborearemos a
partir del mediodía en la vigilia al partido. Unión nos necesita, por eso mañana
en la cancha no habrá lugar para los reproches sino que se multiplicará el
aliento. Las críticas las dejaremos para otro momento. Nuestra querida amiga la
Pepa Armando nos mandó este mensaje en la semana “Mas de 20 años en mi querido UNION. Muchas cosas
pasaron en estos años. El sábado es el partido mas importante de mi vida”. Ese será el espíritu con el cual desandemos el
camino a la cancha. Sin
dudas que si el sábado a los ponchazos y de atropellada hacemos un gol, rodará
alguna que otra lágrima. Y viviremos juntos una vez mas, la incomparable
sensación de ser hincha de Unión de Santa Fe
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